No puede existir un objetivo más deseado, todos queremos que nuestros hijos sean felices y que todos los niños del mundo lo sean. Pero muchas veces la realidad con la que me encuentro es la siguiente:”Claudia intento pasar todo el día con él, dejo de hacer cosas que me gustan para poder hacer lo que él quiere y no le veo feliz”, “Claudia le compro absolutamente todo lo que quiere y parece no bastarle nada” “Claudia estoy constantemente pendiente de todo lo que hace y siempre está enfadado”.
Falta gestión, gestión de emociones. La clave es comprometernos para educarles con y en inteligencia emocional, la gestión de emociones tiene mucho peso para que tu hijo sea una persona feliz. Pero el compromiso no debería ser solo como padres, sino también como tíos, educadores, abuelos, vecinos, monitores y un sinfín de etcéteras, la sociedad entera se debería involucrar en un futuro mejor para todos los niños, un futuro en el qué la gestión de emociones y la inteligencia emocional lleven el timón. La sociedad debería restablecer conceptos y redirigir las cosas, no se están haciendo bien, hoy en día solo se premia el 10 en mates o en sociales, pero no se premia la empatía, la resolución de conflictos, la generosidad, la gestión de la ira, el control de impulsos… Hoy en día, a pesar de los muchos avances, lo emocional sigue en un segundo plano.
“¿Y cómo lo hago en casa con mi hijo?” “¿Qué debería potenciar?” “¿Cómo lo enfoco?” Vamos a ello papis y mamis:
- Échale imaginación: Si somos personas creativas y estamos constantemente proponiendo juegos y actividades educativas atractivas, los niños crecerán en un ambiente más relajado en el que apetece más obedecer y aprender. Todos los aprendizajes más importantes en la vida se hacen jugando.
- Fomenta su creatividad: ¿Sabíais que nadie nace creativo? La creatividad se puede estimular desde que nuestros hijos son pequeños. Tú solo tienes que proporcionarle las oportunidades.
- Lo más efectivo es el ejemplo: Si somos personas optimistas y positivas los niños crecerán en un ambiente en el cual prima la alegría, la buena resolución de problemas y una actitud sana ante la vida. No olvidemos que los niños imitan nuestras conductas y también nuestra forma de ver la vida. Somos un espejo, ellos imitarán lo que ven.
- Tiempo juntos sí, pero de calidad: No os preocupéis si sois padres trabajadores y tenéis poco tiempo para compartir con los más pequeños, lo importante es que el tiempo que tengáis sea de calidad. No sirve de nada pasar horas y horas junto a los niños pero pegados al móvil.
- Paciencia, paciencia, paciencia: Las personas más pacientes y con más calma son personas más creíbles, es más fácil respetarlas y obedecerlas. Los niños se sentirán más cómodos, más seguros y más felices si están libres de insultos, gritos, amenazas y etiquetas. A nadie le gusta convivir con alguien que constantemente te dice lo que tienes que hacer, lo que haces mal o que te grita, eso es humillante.
- Más amor, menos regalos: Los niños se cansan rápido de un juguete nuevo pero de lo que no se cansan es de recibir abrazos, caricias, y momentos inolvidables con sus padres. Podemos optar por regalar momentos, excursiones, acampadas, practicar deporte juntos, eso sí es un regalo. ¿Sabías que las personas somos capaces de recordar con quién fue una cena especial pero no qué cenábamos, sabías que solemos recordar mucho más los viajes compartidos que los regalos materiales?.
- No dudes, sé coherente: Si hoy ponemos una norma y a los dos días la cambiamos, el niño vive desorientado y no está cómodo, por lo tanto es importante mantener la coherencia y trasmitir seguridad.
- Recuerda la importancia del REFUERZO positivo: Si hacemos más hincapié en lo que el niño hace bien irán disminuyendo aquellas conductas que no nos gustan tanto. Premia con afecto y con verbalizaciones positivas todo aquello que sí funciona e ignora lo que no. Todo lo que reforzamos se acabará repitiendo, y también conseguimos que el niño se sienta bien.
- Cuídate, mímate, quiérete: Los niños felices tienen padres felices, no te sientas mal por tomarte el día para ti, ellos te necesitan feliz.
- Todas las emociones son dignas de ser sentidas: no te culpes si tienes un mal día y necesitas llorar, no te escondas, tus hijos lloran y mamá y papá también.
- En casa las opiniones de todos son validas: diferenciar adultos de niños dentro de casa es un error, somos una familia, por lo tanto todos opinamos, todos participamos, y si hay algo que no quieres que tu hijo/a sepa hablalo con tu pareja en la intimidad.
RECUERDA!!!! Los consejos que puedo daros o aquellos que leéis por internet, son generales, cada niño es un mundo, lo que sirve para uno no sirve para otro, si veis que vuestro hijo está constantemente triste, apagado, sin ganas de divertirse, tenéis que pedir ayuda. Si veis que por mucho empeño que le pongáis no sabéis como fomentar la inteligencia emocional en casa, tenéis que pedir ayuda, prevenir es siempre la mejor opción.
“Educar en la felicidad no es hablar de problemas, sino de soluciones”